¿Qué DEBEMOS y PODEMOS con los PECADOS y CULPAS de nuestras ANTERIORES GENERACIONES FAMILIARES❓ Parte 2/2

《《RTC💊HF》》

       ¿Qué DEBEMOS
     y PODEMOS
     con los PECADOS
         y CULPAS de
  nuestras ANTERIORES
       GENERACIONES
        FAMILIARES❓

          Parte 2/2

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Cargar los pecados de todos en ningún momento convirtió a Cristo en pecador. Al conocer la genealogía de Jesucristo nos enteramos de que muchos de los antepasados de su linaje cometieron grandes crímenes (David), se pervirtieron en el adulterio, la prostitución y la idolatría (Salomón), y hasta el propio Jacob engañó a su hermano Esaú para quitarle la primogenitura.

Pregunta:
¿Quién limpió toda esa acumulación de culpas? ¿Jesucristo la cargó, o sea, también llevó encima esa lista enorme de pecados? Pero ¿Cómo? si Él fue igual a nosotros en todo menos en el pecado (Hb 4, 15).

Hay algo aquí que no cuadra, y ese algo es la falsa doctrina que estamos denunciando y cuya falsedad estamos poniendo al descubierto.
La única culpa de pecado con la que nacimos se llama Pecado Original y se borra con el sacramento del Bautismo. Cualquier intento de mirar otro expediente de culpas desde otro sentido está desvirtuando y desfigurando la fe revelada, ocasiona injustas y falsas culpas en las almas de los más sencillos.

🔹Los pecados de unos
     no son transferidos a
     otros.

La responsabilidad de cada pecado es personal de quien los ha cometido. Esto la Palabra de Dios nos lo dice de modo muy contundente en pasajes como: Deut 24, 16; Jer 9, 1-3; 31, 29-30; Ez 18, 2-4; Stgo 1, 14.

Jesús también afirmó: <<¡Vete y no peques más!>> (Jn 8, 11).

Las palabras de Jesús sugieren que el perdón de Dios basta para alcanzar un grado tal de paz que no requiere recurrir a la necesidad de una oración adicional, a un exorcismo, una ceremonia o una fórmula de renunciación  para complementar la oferta de la gracia y el perdón de Dios.

Debemos firmemente rechazar al príncipe del mal que se nos cruza en el camino escondido en esta doctrina de las “ataduras intergeneracionales”; como Cristo le dijo al maligno en el cuerpo de un poseído: <<¡cállate y sal de él!>> (Mc 1, 25), para que así queden en paz las almas que son de Dios.

La fe cristiana es LIBERADORA y no opresora.

Texto: Padre Hector Pernia, sdb, mfc

Fecha: 08 feb 2015

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