miércoles, 3 de diciembre de 2014

¿POR QUÉ EL PAN Y VINO PARA COMER Y BEBER EL CUERPO Y LA SANGRE DE CRISTO?


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¿POR QUÉ
EL PAN Y VINO


PARA COMER Y BEBER 
EL CUERPO Y LA SANGRE 
DE CRISTO?
En hermosa forma ambos elementos representan intensamente la voluntad de nuestro Señor al convocarnos a comerle y beberle en la Eucaristía.
EL PAN es el resultado de muchos granos de trigo que se han dejado triturar todos y cada uno, para morir a sí mismos y pasar a formar entre todos un mismo cuerpo: el pan.

El VINO es, por su parte, el fruto de muchos granos de uva que se dejaron, todos y cada uno triturar, para morir a sí mismos y dar vida entre todos a un mismo alimento: el vino.
Tanto el pan como el vino representan a Cristo que, como grano de trigo y de uva, se dejó triturar en la obediencia total a la voluntad del Padre para entrar de este modo en comunión con nuestra condición humana sin dejar de ser Dios para rescatarnos del pecado, redimirnos y darnos la vida eterna.
De este modo, Cristo nos invita a hacer lo mismo nosotros cada vez que en la Santa Misa nos acercamos a comulgar. Allí se nos está diciendo que también nosotros nos dejemos triturar como el grano de la uva y el trigo en los dientes de la voluntad de Dios dando muerte en nuestras vidas al pecado que nos roba la alegría y nos impide el don maravilloso de alcanzar la vida eterna.
Sin habernos dejado triturar y transformar por la voluntad de Dios no habrá comunión que agrade a Dios y que dé fruto en nuestras vidas. Sin esto, comulgar en la Misa no es más que un mero teatro, un comportamiento farisaico o un vacío y vano acto. Escuchemos atentos la Palabra de Dios que nos dice:

Comulgar es, también, ser como los granos del trigo y la uva, que mientras son triturados viven expectantes y abiertos a la pronta noticia de que pronto estarán todos juntos formando un mismo pan y un mismo vino, siendo todos una comunidad en las formas del pan y el vino. La razón de ser de ambos no son ellos mismos, sino en ser alimento y bebida para nutrir de vida a otros. REFLEXIÓN: 🔹I Cor 11,27-29: «Por tanto, quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba de la copa. Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo». ➖🔘➖
🔹Texto: Padre Héctor
Pernía, sdb, mfc 🔹Fecha: 03/12/2014
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