jueves, 20 de enero de 2011

(Punto 36) ¿Qué dice la Biblia sobre el Orden Sacerdotal)

Don de Dios  I TIM. 4, 14.
No descuides los dones que Dios te concedió cuando, por inspiración suya, los ancianos de la iglesia te impusieron las manos
Encargados de la iglesia.  HECH 14, 23 
También nombraron ancianosm en cada iglesia, y después de orar y ayunar los encomendaron al Señor en quien habían creído. 
Sacerdotes en las iglesias.  TITO 1, 5. 
Cuando te dejé en la isla de Creta, lo hice para que arreglases lo que quedaba por arreglar, y para que en cada pueblo nombrases ancianos de la iglesia, de acuerdo con lo que te encargué.El anciano ha de ser irreprensible, esposo de una sola mujer. Sus hijos deben ser creyentes y no estar acusados de mala conducta o de rebeldía
Carta a los presbíteros. I PED 5, 1. 
Quiero aconsejar ahora a los ancianos de vuestras congregaciones, yo que soy anciano como ellos y testigo de los sufrimientos de Cristo, y que, lo mismo que ellos, voy a tener parte en la gloria que ha de manifestarse
Aceptarlos a ellos es aceptar a Jesús. MT 10, 40. 
El que os recibe a vosotros, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.
Célibes por amor a Dios.  MT 19, 12. 
Hay diferentes razones que impiden a los hombres casarse. Algunos ya nacen incapacitados para el matrimonio; a otros los incapacitan los hombres, y otros viven como incapacitados por causa del reino de los cielos.i El que pueda aceptar esto, que lo acepte.
No se puede tener este ministerio por cuenta propia  HEB 5, 4.
Nadie puede tomar este honor para sí mismo; es Dios quien llama y da el honor, como en el caso de Aarón. 


Primera Lectura del Jueves 20 de enero del 2011

Lectura de la carta a los hebreos (7, 23—8, 6)



Hermanos: Durante la antigua alianza hubo muchos sacerdotes, porque la muerte les
impedía permanecer en su oficio.


En cambio, Jesucristo tiene un sacerdocio eterno, porque él permanece para siempre. De ahí que sea capaz de salvar, para siempre, a los que por su medio se acercan a Dios, ya que vive eternamente para interceder por nosotros.


Ciertamente que un sumo sacerdote como éste era el que nos convenía: santo, inocente, inmaculado, separado de los pecadores y elevado por encima de los cielos; que no necesita, como los demás sacerdotes, ofrecer diariamente víctimas, primero por sus pecados y después por los del pueblo, porque esto lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. Porque los sacerdotes constituidos por la ley eran hombres llenos de fragilidades;pero el sacerdote constituido por las palabras del juramento posterior a la ley, es el Hijo eternamente perfecto.


Ahora bien, lo más importante de lo que estamos diciendo es que tenemos en Jesús a un sumo sacerdote tan excelente, que está sentado a la derecha del trono de Dios en el cielo, como ministro del santuario y del verdadero tabernáculo, levantado por el Señor y no por los hombres.


Todo sumo sacerdote es nombrado para que ofrezca dones y sacrificios; por eso era también indispensable que él tuviera algo que ofrecer. Si él se hubiera quedado en la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo ya quienes ofrecieran los dones prescritos por la ley.


Pero éstos son ministros de un culto que es figura y sombra del culto celestial, según lo reveló Dios a Moisés, cuando le mandó que construyera el tabernáculo:


Mira, le dijo, lo harás todo según el modelo que te mostré en el monte. En cambio, el ministerio de Cristo es tanto más excelente, cuanto que él es el mediador de una mejor alianza, fundada en mejores promesas.


Palabra de Dios.


Te alabamos, Señor.


Reflexión:


Jesucristo es el mediador, perfecto, único, que se entregó a sí mismo de una vez para siempre. Todos los que creen en él tienen acceso a Dios por medio de él. Él intercede por nosotros. Ése es ahora su ministerio. 





A diferencia de los sacerdotes antiguos, Cristo no se vio hundido en su situación de debilidad, sino que fue capaz de superarla y de llegar a la perfección. Se levanta así ante las miradas de todos como sacerdote hijo de Dios, establecido en el sacerdocio para siempre. Esta posición constituye evidentemente para él una glorificación personal extraordinaria. Pero hay que ver además y sobre todo lo que le da a Cristo una cualificación sacerdotal sin precedentes: lo hace capaz de "salvar en forma definitiva a los que se acercan a Dios por su intermedio" (Albert Vanhoye, Sacerdotes antiguos, sacerdote nuevo, Ed. Sígueme). http://www.san-pablo.com.ar/lit/?seccion=liturgia&accion=verdia&fecha=2011-01-20&dia=4

Dios mismo es quien ha nombrado a su Hijo sacerdote. Jesús es el sacerdote perfecto y para siempre. Es el sumo sacerdote que necesitamos: "Santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, exaltado hasta el cielo". Esta exaltación no significa distanciamiento, sino puente que une a la humanidad con Dios. Tomado del Pan diario de la Palabra. Misal Enero 2011, p. 68

Dios te ha hablado. Espera tu respuesta: ¿Que te falta, para que la gente se motive a seguir lo que anuncias y propones?

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