martes, 5 de julio de 2011

Eligiendo la mejor profesión…Utilidad de los títulos en mi vida

Pasamos nuestra vida buscando la manera de demostrar, a los demás y a nosotros mismos, cuan capaces y poderosos somos. Para ellos optamos por coleccionar una inmensa gama de ¡títulos o certificados!, a ver… recordemos algunos de nuestros títulos o certificaciones más usados más usados: certificación de notas, constancia de aprobación de sexto grado, titulo de bachiller en…, Titulo de Licenciado, Ingenieros, títulos de propiedad… y paremos aquí pues la lista es larga….

Es notorio cómo transitamos nuestra vida cumpliendo con requisitos para obtener una mejor calidad, una mejor vivienda, un mejor carro… En fin, asegurar el futuro… ¿Te has preguntado alguna ves cuan seguro esta tu futuro?¿Cuán certificado estás para optar a la vida eterna?. De seguro tu unívoca respuesta será “No”.

Te agradaría optar a por la vida eterna, he aquí los requisitos para certificarse como Seguidor y Discípulo de Cristo:

Antes de presentar los requisitos me gustaría compartir contigo te hago llegar la parte promocional de lo que se ofrece con esta increíble certificación:




Evangelio
Lectura del santo Evangelio según san Mateo (11, 25-30)
Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús exclamó: "¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien.

El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos.

Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.

Vengan a mí, todos los que están fatigados y agobiados por la carga, y yo los aliviaré. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga ligera".

Excelente perfil del egresado… No sería una verdadera nota el optar al titulo de Seguidor o Discípulo de Cristo.

Para gustar la sabiduría que nos ofrece la Palabra de Dios debemos acogerla con corazón sencillo y humilde, a quienes se acercan así a las Sagradas Escrituras, se les concede conocer la vida divina.
Descansa aquel que sigue las sendas de paz, y no perece en la intriga de la mentira.
Descansa quien camina con ojos y corazón limpios y no pretende lo que supera su capacidad.
Descansa y siente alivio quien se acerca a la fuente de agua viva, que es el trato de amistad con Dios.
Descansa y se recupera quien deja entrar en su conciencia el beso de la misericordia.
Descansa el que se deja conducir por el compañero de camino que habla en el interior del alma.
Descansa quien no se cierra a su propia carne y hace obras buenas.
Descansa quien sabe retirarse a lugares en los que recupera la memoria de su identidad filial, con relación a Dios.

El evangelio de Mateo nos presenta a Jesús con las características mesiánicas: una persona pacífica y humilde, dispuesta a hacer realidad la utopía de Dios. Por esta razón, Jesús no se identifica con los ideales acerca del Mesías, vigentes en su época. No hay el más mínimo asomo del militar aguerrido e irresistible que con un formidable despliegue eliminaría las pretensiones del imperio romano, ni con el sacerdote excelso que con sus extraordinarias dotes santificadoras transformaría el santuario de Jerusalén, ni con el gobernante extraordinario que congregaría al pueblo de Israel disperso por el mundo. Jesús no comparte estos proyectos, como tampoco las extravagantes aspiraciones de los nacionalistas furibundos que veían en el imperio romano un peligro que no eran capaces de descubrir al interior de ellos mismos: la violencia incontenible.

Los ideales de Jesús están más cerca de las grandes tradiciones proféticas que aspiraban a que el pueblo de Dios fuera capaz de organizarse como modelo alternativo de sociedad. Por esta razón, los valores como el pacifismo y la humildad son tan urgentes y necesarios. El pacifismo obliga a asumir actitudes dinámicas de transformación social pero, al mismo tiempo, no se rinde a la imparable lógica de la violencia. La humildad, por su parte, exige reconocer en cada momento los propios límites de la existencia y las barreras intrínsecas de la historia. Humildad y pacifismo hacen de un proyecto tan grandioso e imponente como el reino de Dios, algo al alcance de los pobres y excluidos.

Jesús, sin embargo, sabía perfectamente que no bastaba con que el 'rey' o líder poseyera atributos excepcionales para que la situación cambiara. Para él, era necesario que una comunidad de hermanos y hermanas se comprometiera a vivir la alternativa, a demostrarle al mundo que eran posibles otras maneras de organización, que la lógica aparentemente inextinguible de la violencia podía ser controlada. Por esto, Jesús insiste en la necesidad de asumir el 'suave yugo' de la vida comunitaria y la 'ligera carga' de las opciones evangélicas. Pero, atención, esto no es para todo el mundo. Es necesario madurar la fe y crecer como personas antes de meterse en este proyecto. Porque para quien no ha crecido en la dinámica de la comunidad, sino que ve todo desde 'afuera', desde los valores sociales vigentes, los ideales de Jesús son una carga abominable y el ideal de la cruz una ideología insufrible. No podemos pedirle a cualquiera que asuma la inmensa responsabilidad del pacifismo si toda su vida ha creído que la 'ley del revolver' es un destino inexorable'. No podemos pedirle mansedumbre a una persona a la que siempre le han enseñado que el control de los demás, las ambiciones de ascenso social y el arribismo son las herramientas para 'progresar' en la vida.

Jesús quiere una comunidad donde los lazos de solidaridad, afecto y respeto hagan de un grupo humano una gran familia consagrada a la realización del reino. Una comunidad donde los sencillos, los pequeños, hallen un lugar de importancia y sean los gestores de una nueva manera de organizar las relaciones interhumanas. Porque, como dice Pablo, sólo el ser humano espiritual, o sea, el ser humano que se ha abierto a la acción del Espíritu de Dios, es capaz de vivir la vida a plenitud, es decir, en gozosa aceptación y armonía con la humanidad. http://archive.constantcontact.com/fs014/1101492376164/archive/1106221335926.html

Si estas dispuesto a asumir el reto te muestro los pasos para formar parte de este grupo de certificados.

Primer Requisito: EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO

El Bautismo es el sacramento por el que somos incorporados a la Iglesia, comunidad de fe y de vida, "integrándonos en su construcción para ser morada de Dios, por el Espíritu" (Ef 2,22). Esta incorporación se celebra en la Iglesia católica mediante el rito del Bautismo, que es el sacramento primero de la iniciación cristiana, el baño ritual en las aguas salvadoras de la gracia divina manifestada en Jesucristo, Palabra de Dios encarnada.

Por el bautismo de los niños la Iglesia manifiesta la fe en el Dios que guía providentemente nuestra vida con su gracia, haciéndonos partícipes de su vida divina en Jesucristo. La Iglesia recibió la misión de evangelizar y bautizar, es decir, de mostrar a los hombres el camino de la salvación, de la vida de Dios entre nosotros, para que la vida humana se planifique en el bien y en el amor.

Que sea el bautismo de quienes no han llegado a la edad de poder decidir por sí mismos no es ningún impedimento para que la gracia de Dios actúe. Por eso, igual que vuestro/a hijo/a recibirá de vosotros el amor, el cuidado y la educación debidos, junto con todo lo necesario para su bien, y que no pueden hacer por sí mismos, así creemos que podemos hacerles partícipes de los motivos fundamentales por los que vivimos: de nuestra fe, de la gracia de Dios en nuestras vidas, del divino amor entre nosotros, de la dimensión divina del amor humano.

¿Qué dice la Biblia acerca del Bautismo?
Requisito para la salvación.  MC. 16, 16.: El que crea y sea bautizado, será salvo; pero el que no crea será condenado
Mandato de Jesús. MT. 28, 19.Id, pues, y haced mis discípulos a todos los habitantes del mundo; bautizadlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Requisito para entrar al REINO DE DIOS. JN 3, 5-7. 5 Jesús le contestó:
–Te aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. 6 Lo que nace de padres humanos es humano; lo que nace del Espíritu es espíritu. 7 No te extrañes si te digo: ‘Tenéis que nacer de nuevo.’
Familia completa. HECH 16, 31-33. 31 Ellos contestaron:
–Cree en el Señor Jesús y serás salvo tú y tu familia.
32 Y hablaron del mensaje del Señor a él y a todos los de su casa. 33 A aquella misma hora de la noche, el carcelero les lavó las heridas, y luego él y toda su familia fueron bautizados.
Familia entera recibiéndolo. 1 COR 1, 16: También bauticé a la familia de Estéfanas, pero no recuerdo haber bautizado a nadie más.
Lectura recomendada: http://www.apologetica.org/bautismo-casorosendi.htm


Una vez completada la primera etapa o educación básica en materia cristiana, entremos a la parte de profesionalización… más fino:

Segundo Requisito: SACRAMENTO DE LA CONFIMACIÓN

El sacramento de la Confirmación constituye el conjunto de los "sacramentos de la iniciación cristiana", cuya unidad debe ser salvaguardada. Es preciso, pues, explicar a los fieles que la recepción de este sacramento es necesaria para la plenitud de la gracia bautismal (cf OCf, Praenotanda 1). En efecto, a los bautizados "el sacramento de la confirmación los une más íntimamente a la Iglesia y los enriquece con una fortaleza especial del Espíritu Santo. De esta forma se comprometen mucho más, como auténticos testigos de Cristo, a extender y defender la fe con sus palabras y sus obras" (LG 11; cf OCf, Praenotanda 2).

La Confirmación en la economía de la salvación

En el Antiguo Testamento, los profetas anunciaron que el Espíritu del Señor reposaría sobre el Mesías esperado (cf. Is 11,2) para realizar su misión salvífica (cf Lc 4,16-22; Is 61,1). El descenso del Espíritu Santo sobre Jesús en su Bautismo por Juan fue el signo de que él era el que debía venir, el Mesías, el Hijo de Dios (Mt 3,13-17; Jn 1,33- 34). Habiendo sido concedido por obra del Espíritu Santo, toda su vida y toda su misión se realizan en una comunión total con el Espíritu Santo que el Padre le da "sin medida" (Jn 3,34).

Ahora bien, esta plenitud del Espíritu no debía permanecer únicamente en el Mesías, sino que debía ser comunicada a todo el pueblo mesiánico (cf Ez 36,25-27; Jl 3,1-2). En repetidas ocasiones Cristo prometió esta efusión del Espíritu (cf Lc 12,12; Jn 3,5-8; 7,37-39; 16,7-15; Hch 1,8), promesa que realizó primero el día de Pascua (Jn 20,22) y luego, de manera más manifiesta el día de Pentecostés (cf Hch 2,1-4). Llenos del Espíritu Santo, los Apóstoles comienzan a proclamar "las maravillas de Dios" (Hch 2,11) y Pedro declara que esta efusión del Espíritu es el signo de los tiempos mesiánicos (cf Hch 2, 17-18). Los que creyeron en la predicación apostólica y se hicieron bautizar, recibieron a su vez el don del Espíritu Santo (cf Hch 2,38).

"Desde aquel tiempo, los Apóstoles, en cumplimiento de la voluntad de Cristo, comunicaban a los neófitos, mediante la imposición de las manos, el don del Espíritu Santo, destinado a completar la gracia del Bautismo (cf Hch 8,15-17; 19,5-6). Esto explica por qué en la Carta a los Hebreos se recuerda, entre los primeros elementos de la formación cristiana, la doctrina del bautismo y de la la imposición de las manos (cf Hb 6,2). Es esta imposición de las manos la ha sido con toda razón considerada por la tradición católica como el primitivo origen del sacramento de la Confirmación, el cual perpetúa, en cierto modo, en la Iglesia, la gracia de Pentecostés" (Pablo VI, const. apost. "Divinae consortium naturae").
Muy pronto, para mejor significar el don del Espíritu Santo, se añadió a la imposición de las manos una unción con óleo perfumado (crisma). Esta unción ilustra el nombre de "cristiano" que significa "ungido" y que tiene su origen en el nombre de Cristo, al que "Dios ungió con el Espíritu Santo" (Hch 10,38). Y este rito de la unción existe hasta nuestros días tanto en Oriente como en Occidente. Por eso en Oriente, se llama a este sacramento crismación, unción con el crisma, o myron, que significa "crisma". En Occidente el nombre de Confirmación sugiere que este sacramento al mismo tiempo confirma el Bautismo y robustece la gracia bautismal.
http://www.corazones.org/doc/catecismo/9_1113_1321.htm#LOS SIETE SACRAMENTOS DE LA IGLESIA

¿Qué dice la Biblia acerca de la Confimación?
Practicándola. HECH. 8, 14-17.: 14 Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén supieron que los de Samaria habían aceptado el mensaje de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan. 15 Al llegar oraron por los creyentes de Samaria, para que recibiesen el Espíritu Santo. 16 Porque todavía no había venido el Espíritu Santo sobre ninguno de ellos; solamente se habían bautizado en el nombre del Señor Jesús. 17 Pedro y Juan les impusieron entonces las manos, y recibieron el Espíritu Santo.
Explicando la diferencia entre los 2 bautismos. HECH. 10,47-48:
47 Entonces Pedro dijo:
–¿Acaso puede impedirse que sean bautizadas estas personas que han recibido el Espíritu Santo igual que nosotros?
48 Y mandó que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo. Después rogaron a Pedro que se quedase con ellos algunos días.
Es recibir el E. S. HECH. 19,6.: 5 Habiendo oído esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús; 6 y cuando Pablo les impuso las manos vino sobre ellos el Espíritu Santo, y hablaban en otras lenguas y comunicaban mensajes proféticos

Lectura Recomendada: 


† Lectura del Santo Evangelio Según San Mateo (28, 16-20)

En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea y subieron al monte en el que Jesús los había citado. Al ver a Jesús, se postraron, aunque algunos titubeaban.

Entonces, Jesús se acercó a ellos y les dijo: “Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra.

Vayan, pues, y enseñen a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándolas a cumplir todo cuanto yo les he mandado; y sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”.

Reflexión:

Las palabras de Jesús se dirigen a fortalecer la fe comunitaria desde un encargo en que están implicados tres personajes: Jesús, el círculo de los discípulos y «todos los pueblos». Respecto a sí mismo, Jesús afirma que ha recibido «plena autoridad en el cielo y en la tierra» (v. 18).

Para el evangelista, la autoridad ocupa un puesto importante en la presentación de Jesús. Este, al inicio de su actividad, había rechazado la última propuesta del diablo en orden recibir «todos los reinos del mundo» (cf Mt 4,8-10), los discípulos habían visto actuante en Jesús el significado del poder divino pero debían mantenerlo en secreto (cf Mt 16,28-17,9). Ahora es el momento de la proclamación de ese señorío, recibido por Jesús del Padre.

Los elementos que subrayan el universalismo son acumulados en este breve pasaje. Junto a «cielo y tierra» y la mención de los «pueblos» se da una significativa repetición del término «todo», «plena autoridad» (v. 18), «todos los pueblos» (v. 19), «todo lo que les mandé» (v. 19), «cada día» (v. 20). La obediencia al querer divino confiere a Jesús un señorío universal que se ejerce sobre toda realidad creada.

Este señorío universal es el fundamento para la existencia de la realidad eclesial. El encuentro con Jesús Resucitado establece la Iglesia en el momento de la irrupción gratuita y definitiva de Aquel que ha sido entronizado a la derecha del Padre. De esta forma se inicia una nueva era con la presencia definitiva del Emmanuel, el Dios con nosotros.

Este «relato de vocación» de la comunidad eclesial describe la transmisión que le hace Jesús de «todo su poder». Gracias a él pueden convocar a nuevos discípulos mediante el bautismo y la enseñanza. Por el bautismo, Jesús había iniciado el cumplimiento definitivo de la justicia del Reino (Mt 3,15), igualmente el bautismo cristiano injerta a cada bautizado en la misma dinámica. Junto al bautismo, el otro rasgo característico de la existencia cristiana es la «enseñanza». No se trata de una teoría que se debe proclamar, sino de la Buena Noticia del Reino frente a la cual todo creyente es un seguidor al que se exige un comportamiento coherente. Se trata de «guardar todo lo que les mandé». De esa forma, toda obra y palabra de Jesús se convierten en punto de referencia que se debe tener presente en la propia vida.

El mandato de Jesús compromete a toda la comunidad eclesial y la responsabiliza frente a todas las naciones. Aunque ya iniciado en el círculo de los discípulos, el señorío de Jesús no puede agotarse al interno de la vida de las comunidades cristianas. Para ello cuenta con la asistencia de su Señor: «Yo estaré con ustedes». Esta asistencia suministra el coraje necesario para superar todos los temores y tempestades y confiere un ámbito ilimitado para la actuación de la salvación.

Pero para ello, se exige de la Iglesia la misma obediencia de Jesús. Sólo en el rechazo del poder de dominio, en la obediencia filial al Padre, podrá realizar su tarea. Este «manifiesto» final del Señor Resucitado liga íntimamente la misión de la Iglesia al camino recorrido históricamente por Jesús de Nazaret, Hombre y Dios.



Yo, en plena facultad firmé, selle el contrato, confirmo haciendo uso de las palabras del profeta Habacuc: Lo que oigo acerca de ti, Señor, y de todo lo que has hecho, me llena de profunda reverencia. Realiza ahora, en nuestra vida, tus grandes acciones de otros tiempos, para que nosotros también las conozcamos. Muéstranos así tu compasión aun en medio de tu enojo. Entonces me llenaré de alegría a causa del Señor mi salvador. Le alabaré, aunque no florezcan las higueras ni den fruto las viñas y los olivares; aunque los campos no den su cosecha, aunque se acaben los rebaños de ovejas y no haya reses en los establos. Porque el Señor me da fuerzas; da a mis piernas la ligereza del ciervo y me lleva a alturas donde estaré a salvo. (Hab 3; 2, 17-19)

Profundicemos un poco en los pormenores del cargo en el Manual de Normas y Procedimientos de la empresa de la vida, La Biblia:

La preparación para la cuál hemos sido llamados, obedece a las exigencias del cargo a desarrollar en este campo laboral y que se hayan plasmadas en Jer 25, 4-6 “Y a pesar de que una y otra vez el Señor os ha enviado sus siervos los profetas, vosotros no habéis hecho caso ni habéis querido prestar atención y obedecer. Ellos os han dicho: ‘Dejad vuestra mala conducta y vuestras malas acciones; así podréis vivir en la tierra que el Señor os dio para siempre, a vosotros y a vuestros antepasados. No sigáis a otros dioses; no les deis culto ni los adoréis. No irritéis al Señor adorando a dioses hechos por vosotros mismos, y él no os enviará ningún mal.’ El enderezar el camino y apacentar (llevar paz) a las ovejas es la principal tarea a desarrollar.

Mas cómo todo trabajo realizado merece reconocimiento, el Señor te dice en Is 52; 7-10: ¡Qué hermoso es ver llegar por las colinas al que trae buenas noticias, al que trae noticias de paz, al que anuncia la liberación y dice a Sión: “Tu Dios es rey”! ¡Escucha! Tus centinelas levantan la voz y a una dan gritos de triunfo, porque ven con sus propios ojos cómo vuelve el Señor a Sión. ¡Estallad en gritos de triunfo, ruinas de Jerusalén, porque el Señor ha tenido compasión de su pueblo, ha liberado a Jerusalén! 10 El Señor ha mostrado su poder a la vista de todas las naciones. Por toda la tierra se sabrá que nuestro Dios nos ha salvado.

La vocación y la misión se encuentran estrechamente ligadas, porque el Dios-que-llama entrega siempre una misión. De ello, se sigue una pastoral vocacional que considera la actitud de fondo, el objetivo que se busca conseguir, el estilo educativo y, finalmente, el recorrido.
·        
       Dios llama porque ama.
·         El Dios-que-llama crea a la persona responsable.
·         El Dios-que-llama envía hacia los demás.
·         El Dios-que-llama entrega una misión.

Dios te ha hablado y tiene para ti una pregunta: ¿Estás dispuesto a recibir tu misión?

Se nos obsequian dos de las siete dádivas o sacramentos de Dios: El Bautismo y la Confirmación. Te invito a conocer un poco más sobre los sacramentos, visita: http://misionerosdelafe.blogspot.com/2011/03/algo-mas-sobre-la-liturgia-y-los.html

Y revisa los temas del 39 al 42 de la 3Era edición de la Guía Bíblica para Conocer, Defender y Difundir nuestra Fe Católica, la cual puedes obtener cliqueando aquí: http://cid-659da42ae3ac6126.office.live.com/self.aspx/MFD/GUIA%20BIBLICA%203ra%20EDIC%20DEFINITIVA.pdf

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y en Twitter: @FacedDios


La gracia de nuestro Señor Jesucristo, 
el amor del Padre y 
la comunión del Espíritu Santo 
estén siempre con ustedes (II Cor 13, 13) 

Mary Ramos (05 de julio del 2011)


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